Primer juego de la NBA
Lunes 21 de marzo, 2016 – Indianápolis, Indiana
Nunca he sido muy atlético ni deportivo, pero hay una época en mi vida que recuerdo con mucho cariño, ver jugar por el cable a los Chicago Bulls con mi Papá. A mi Papá siempre le gustó ver los partidos de la NBA y de otros deportes; siempre quiso estar en un partido en vivo. Yo crecí con esa ilusión, pero siempre pensaba que era algo fuera de nuestro alcance, incluso viviendo aquí en EEUU. El año pasado teníamos boletos para ir a ver un partido, pero por complicaciones del embarazo de Andrew, no pudimos ir. Este año Cris nos mencionó que había unos boletos baratos y los compramos.
Cris, Iker, Niki y yo nos fuimos a ver el partido de los Pacers contra los 76ers, un partido de poca importancia, pero de trascendencia para una niña de 5 años y su papá. Llegamos a tiempo y nos recibieron con mucha cordialidad, una acomodadora nos recibió y preguntó si era la primera vez de los niños. Les dio un botón que los felicitaba por ser su primer juego.
El complejo donde está la cancha estaba lleno de conmoción, pareciera que éramos los únicos que no sabíamos a donde teníamos que ir. Nos pareció oportuno comprar gorras de los Pacers, y en cuanto vimos la tienda de recuerdos entramos y compramos nuestras gorras. Niki estaba bien contenta porque tiene pocas gorras que le quedan bien.
Nuestros asientos estaban hasta arriba, pero no importaba, estábamos en nuestro primer juego de la NBA. A pesar que estábamos bien arriba el partido se miraba muy bien y las pantallas permitían ver las repeticiones. Niki le encantó la música que ponían y practicó sus gritos. Me dio risa porque cuando le decía que gritara, casi no hacía ruido. Le dije que gritara más fuerte y aumentó un poco el volumen; después de varias iteraciones estaba gritando a todo pulmón.
El punteo final fue de 91 a 75, ganaron los Pacers. Me dio gusto estar en un partido donde ganó el equipo que apoyamos. Niki estaba muy contenta, le encantó la comida, la música y la emoción del partido.
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