Chiquimula: Familia y sabor
4 de diciembre, 2015 – Chiquimula, Guatemala
Visitar a la familia de Debs es ir a Chiquimula y por eso todos los años que hemos venido a Guate pasamos tiempo en Chiquimula. Cuando fui a Chiquimula por primera vez no sabía que esperar. A pesar de haber ido a otras partes de Guatemala, no tenía familia fuera de la capital. Debs me hablaba de salir en las noches a comer o de ir al parque; eso era algo ajeno para mí. Hoy, con más de 10 años de conocer a Debs, ya siento una conexión con Chiquimula.
Familia
Sara y Mia estaban aquí en la capital y las llevamos a reunirse con Kirly en Chiqui. Fue muy alegre el viaje, porque teníamos rato de no pasar tanto tiempo con ellas. Han crecido mucho y son muy buenas. Sara tiene 10 años y Mia 9; nos contaron de su escuela y las tareas, de sus amigos y hasta de un gato.
Vimos tambien al tio Mono (Horacio), que se iba a casar, pero ya no. El Mono es el favorito de todos los sobrinos y Niki no es la excepción. Se ve bien el Mono y siempre sonriente.
En Chiqui también vive el Tio David, que por no sentirme fuera de lugar también le digo Tio David, ya no con toda la familia porque Kathy y Diego viven ahora en la capital. Kathy en la universidad y Diego entró este año al Colegio Americano. Aprovechamos para ir al parque con todos y disfrutar de su compañía.
Sabor
Aunque la familia es importante, hay cosas en Chiqui que no hay en otras partes de Guate, ni el resto del mundo. Lo primero son los churrascos, que pensarán que saben que son, pero probablemente estén equivocados. Los churrascos de Chiqui son tortillas de harina con mayonesa, carne de res (o cerdo), frijoles, ensalada de coditos, cebollitas y papa. La tortilla tradicionalmente se sirve abierta y uno la va comiendo por partes. Los conocedores las piden con doble tortilla y luego de comer la mitad del platillo, se enrolla y se come como burrito.
Fuimos también a desayunar a Los Laureles, un restaurante/zoológico/hotel/escuela de equitación/hipódromo/…. le siguen agregando cada vez que vamos. Los desayunos son muy sabrosos y el ambiente muy amigable. Mi comida favorita son los plátanos fritos y no pudieron faltar.
Aprovechamos en Chiqui a quemar cohetes (cuetes como les decimos), Niki estaba indignada porque nos vendieron unos que supuestamente sólo daban luces, pero resultó que explotaban al final, y eso no le pareció a ella.
Como siempre estuvimos contentos y disfrutamos de ver a todos y saber que están bien.
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