Un nuevo yeso para Niki

Jueves 18 de enero, 2018 – Columbus, Indiana

No creo que haya un dicho que diga: «Brazo rosa corazón contento», porque ese sería apropiado con Niki. Las últimas dos semanas han sido un subibaja de eventos y emociones. El 2 de enero salimos de Rhode Island de regreso a Columbus, el viaje estuvo tranquilo y llegamos sin novedades el 3 de enero a las 4pm. Bajamos las cosas del carro, los niños estaban contentos viendo sus juguetes. Yo salí a comprar leche y otras cositas que nos hacían falta. Regresando del súper Debs me llama, ya no le contesté sino que entré a las casa. En las gradas estaba Niki llorando agarrándose el brazo, Debora tratando de ver dónde le dolía y Andrew preocupado. El brazo de Niki estaba rojo y muy caliente. Le quitamos la playera a Niki, yo le hice un cabestrillo con una sábana y nos fuimos al hospital.

Cinco horas más tarde salimos del hospital donde nos confirmaron nuestras sospechas que Niki se había quebrado el húmero y esta vez más fuerte que hace cuatro años. Fuimos con el especialista al día siguiente y no pudieron ponerle yeso por lo hinchada que estaba. El doctor nos explicó que a parte de la fractura se le había dislocado el codo; le pusieron el codo de nuevo en su lugar y volvieron a inmovilizarla con una canaleta y vendas. También nos dijo que si no sanaba correctamente en las próximas dos semanas sería necesario operarla.

Hoy, dos semanas más tarde nos dieron buenas noticias: el brazo estaba sanando bien, no había necesidad de operarla y ya le podían poder el yeso permanente. Niki escogió que el yeso fuera rosado y estaba muy contenta. Ahora tenemos que esperar tres semanas más para que le sane completamente el brazo, pero mientras tanto tiene muchas firmas que acumular en ese yeso.

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