Vida con nieve

18 de febrero, 2015 – Columbus, Indiana

Cummins COB nieveEsta semana ha caído mucha nieve, no tanto como en otros estados, pero suficiente para interrumpir nuestra rutina. Hoy fue el segundo día que Niki no fue a la escuela y no hemos podido salir mucho para no exponernos a tanta nieve.

Yo si he venido al trabajo, pero la mayoría de los días he venido tarde ya que me tengo que esperar a que terminen de limpiar las calles para que el carro no se quede atorado en la nieve.

Este invierno no ha sido tan terrible como el invierno del año pasado; y estamos agradecidos. El año pasado, varios días nos quedamos atrapados en la casa. El carro se congelaba con una capa de hielo. Incluso hicimos un experimento donde lanzábamos agua hirviendo al aire y se convertía en nieve instantáneamente.

A pesar que este es nuestro 4to invierno aquí en EEUU (2014, 2013, 2012, 2011), todavía no nos acostumbramos a todos los aspectos del invierno. Cada año estamos más preparados, con mejores chumpas, mejores guantes y mejores botas. Todos estos artículos son caros y poco a poco uno se va haciendo de todos estos implementos.

ventana nieve

Cuando hay mucha nieve o la temperatura baja mucho, hoy la temperatura estaba a -24°C, las escuelas están cerradas para proteger a los niños. La mayoría de niños se ponen felices de no tener que ir a la escuela, Niki se pone triste porque no ve a sus amigos. Nosotros sufrimos porque procuramos no salir tanto y nos quedamos en casa.

niki nieve angel

nieve angel

Nuestro carro es viejito, una Ford Windstar ´98, pero es pesada y tiene buen motor, todavía no nos hemos quedado atorados. Es uno de mis temores más grandes. Me imagino quedar atorados con toda la familia y tener que esperar a que alguien nos ayude a salir. El carro se va poniendo frío y salir es más peligroso.

Hace varios años, cuando estaba soltero en la universidad estábamos viajando de California a Utah. Recuerdo que venía con Cynthia, mi hermana, no se quien más. Yo tenía un carrito, Honda Civic SI ´86, y empezó a nevar. Fuimos bajando de velocidad, tratando de ir a una velocidad segura, pero con una ráfaga de viento nos salimos de la carretera. Estábamos en medio de la nada, a lo lejos habían otros carros que también se habían salido de la carretera. Tratamos de ir para adelante y luego para atrás y no se movía el carro. Hice una corta oración en mi corazón: “Dios, ayúdanos a salir”. Como magia apareció un carro grande atrás de nosotros, 4 hombres se bajaron y nos hicieron señas que avanzara; ellos nos empujaron y el carro salió de la nieve al pavimento. Estábamos tan agradecidos y un estoy agradecido por esa experiencia y esa corta oración.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.